Para reconciliarse con el mejor Burdeos

Nueva botella de este Angelus, en una añada que la casa considera de entre las mejores de la propiedad. Y al igual que la anterior, estamos ante un vino que roza ese mítico listón que conocemos como el de la perfección.

Esta botella parecía algo más evolucionada que la anterior y por eso no decantamos. Pero nada de nada. Pura fruta, pura complejidad, carácter especiado, maderas nobles, cedro, toques minerales de grafito, grandiosa profundidad.

Pero es en boca donde este vino nos ha cautivado para siempre. Su redondez es increíble. Todo está en su lugar. Hay acidez, hay estructura, hay cuerpo, hay longitud, hay persistencia. Final noble, con unos taninos de seda perfectamente integrados. Invita a beber y a beber y a beber...¡Menuda joya!

Este Angelus se merece un lugar en el podium de los grandes Burdeos que he probado hasta el momento, pues es un vino en un maravilloso momento de consumo con vida todavía para seguir evolucionando positivamente. Gracias Javier por compartir estos pequeños tesoros con nosotros.

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