Sanz rueda verdejo

Examen visual.
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Vino cristalino, fluido, de color amarillo pajizo. Intensidad sostenida y calidad franca, con efervescencias al abrirlo, al airearlo desaparecen y no afectan a la fase olfativa y gustativa. Es más fluido que el Martín Codas y de lágrima más rápida.
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Examen olfativo .
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La primera impresión es muy agradable, (es mi opinión, vi caras sorprendidas que no estaban de acuerdo conmigo) de intensidad muy fuerte, calidad fina, de tipo primario frutal, kiwi, lima, melocotón, vainilla y al Retronasal se apreciaba pomelo. No encontramos como cabría esperar hinojo, lavanda, menta o manzana.
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Examen gustativo.
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La primera impresión es agradable, seca, de acídez viva aunque equilibrada y de alcohol suficiente. La intensidad es potente, más de 5 segundos (caudalias), su aroma es elegante, domina las notas varietales jóvenes, es amplio. El postgusto es invitante aunque como con el Albariño se detecta un punto de acidez volátil en la garganta, sin llegar a ser desagradable.