A su aire.

No sé si este vino tendrá más o menos "terruño", o anda muy sobrado de "tipicidad", pero que es un blanco radical y muy diferente a lo que hasta ahora había probado por ahí, sí.
Tiene una nariz fragante y muy limpia, de una complejidad endiablada, con notas salinas que recuerdan la brisa marina en medio de mucha fruta blanca bien madura, cestos y más cestos de flores blancas y aceradas notas minerales.
En boca lo que más me ha sorprendido en su acidez de cuchillo que no recuerdo haber encontrado nunca antes en un blanco español. Sin embargo, semejante acidez se ve compensada inmediatamente por un tacto graso y envolvente que convierte el trago en algo más que solamente placentero. A su manera emociona, provoca, divierte y se disfruta.
Creo que detrás de este blanco expcepcional anda metido Raúl Pérez, del que sólo escucho y leo buenos adjetivos. En lo que se refiere a este vino diferente y excepcional, se tiene bien ganada su reputación.

Cookies en verema.com

Utilizamos cookies propias y de terceros con finalidades analíticas y para mostrarte publicidad relacionada con tus preferencias a partir de tus hábitos de navegación y tu perfil. Puedes configurar o rechazar las cookies haciendo click en “Configuración de cookies”. También puedes aceptar todas las cookies pulsando el botón “Aceptar”. Para más información puedes visitar nuestra Ver política de cookies.

Aceptar