Godello en estado puro, roza su esencia...

Cuatro meses han pasado desde su última cata y el pronóstico anunciado, lo está justificante afirmativamente este Madai, donde su presentación sobria y elegante de la botella conjuga a la perfección con sus aromas de lías -mantequilla-, bien engarzados con la fruta -ciruela amarilla-. Estos meses han equilibrado el potencial frutal y aparece con la seña de protagonismo que debe en un blanco de esta categoría. Continúa teniendo como base su frescura en boca, resuelta por una exquisita acidez. En boca resulta suave, elegante a la vez que aporta buen volumen y final en boca graso.

El maridaje propuesto y que conjugó a la perfección consiste en un calabacín relleno de centollo y vieria en salsa, potenciando el toque salino de Madai y aportando frescura al plato en boca.