Un señor vino, blanco de calidad.

Botella 10165.
A la vista precioso amarillo pajizo intenso, con un ribete dorado muy brillante, glicerico.
En nariz derrocha elegancia, primero melocoton y mantequilla que dejan paso a orejones, aromas propios de panaderia y piña muy madura.
En boca es untuoso, graso, amplio, bastante redondo, como unica pega le pondria la falta de un puntito de acidez, por retronasal frutos secos, reposteria y piña mezcladas de manera elegante, muy recomendable y te deja con ganas de probar su hermano mayor "divinus".
Me ha gustado por el perfecto equilibrio entre fruta y notas de la barrica.