Enorme burdeos

El burdeos más viejo que pruebo me sorprende con un color oscuro pese a sus más de cuarenta años con una tremenda fuerza y elegancia pefectamente conjuntadas.

Aromas a fruta negra aun, a trufa, a hojarasca.

En boca es pura seda, uno de los vinos más elegantes que he tenido la suerte de probar. Según me comentan la bodega ya no marcha por estos andurriales y se ha rendido a la modernidad mal entendida. No lo se, pero este vino es con sus cuarenta años un perfecto ejercicio para aquellos que afirman que los vinos viejos están estropeados, avinagrados y no tienen nada que ofrecer. Les cerraría la boca.

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