Vino número 6 del IV Desafío Verema

Visual, negro picota, con ribete granate, muy limpio y brillante. Impecable vestido. Muy buena lágrima, abundante, lenta y tintada. Capa alta.

Nariz que, a copa parada, no es muy intensa, pero muestra con franqueza rasgos de fruta negra, vainillas y especias dulces. Tras agitar la copa, el vino sigue ligeramente cerrado en principio, pero aparecen ya las notas terciarias, inicialmente de ahumados, balsámicos, eucalipto. A medida que el vino se oxigena, la frescura de fruta roja madura y la profundidad de la fruta negra en sazón, sin sobremaduración, con notas de ciruela, se combinan de manera asertiva, y se conjugan con apuntes finos de vainillas y cafetales, y herbáceos de yerba fresca muy agradables. Muy equilibrado. Hay notas finales de chocolate y un toque farmacéutico que le aporta complejidad y elegancia al conjunto.

En boca, tiene un ataque de muy buena intensidad, con muy buena estructura. Los taninos son carnosos, bastante jugosos. Es frutal, fresco, golosón. Deja un prolongado final de especias dulces, ligeramente amargoso. Es muy equilibrado en boca, suave y amable: los taninos carnosos le aportan la textura del terciopelo en su paso.

Un vino muy bien armado, con muy buena carga frutal y unos taninos de excelente calidad. Equilibrado, profundo y suficientemente complejo, es un vino muy, pero que muy disfrutable.

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