Vino número 2 del IV Desafío Verema

Visual, picota, muy cubierto, con borde violáceo. Limpio, no excesivamente brillante. Lágrima muy abundante, densa y tintada.

Nariz de media intensidad, en principio (entorno a 14º), muy complea. Mucha fruta roja en primer plano. Hay notas florales, de violetas. Notas especiadas, de pimienta negra. Regalices. Balsámicos. Lácteos, con algo de recuerdos de nata fresca. Notas vegetales de retama y monte bajo. Toques ahumados que en evolución se convierten en agradables notas de azúcar quemado y café de tueste natural. Hay ligeras notas de cueros. Hay un fondo mineral, sanguino, muy interesante. Profundo y complejo. En evolución, la fruta se convierte en fruta licorosa, cassis, los minerales se expresan en notas de tiza, los especiados dan ahora puntas de tabaco de pipa y sándalo.

La boca, es una delicia, poderosa e intensa pero a la vez equilibrada, muy frutal, con un peso de fruta muy notable. Los taninos son maravillosos, ricos, carnosos, jugosos y frescos. El paso por boca tiene una textura que embauca, cremosa, grasa, glicérica, aterciopelada a la vez. Tiene muy buena longitud. Deja un final más que sugerente, de especias y vainillas, que aparecen también majestuosamente en la retronasal.

Un vino de corte moderno, concentrado, muy frutal y con enorme peso de fruta. Lleno de matices y de magníficas notas en evolución, tanto en nariz como en boca, lo que lo hacen un vino complejo que es capaz de mantener siempre el equilibrio y la elegancia

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