Fruta, flores y ligereza. Ideal para el verano.

Rojo picota de ribetes amoratados, capa media-alta y una ligera turbiedad.
Nariz intensa, limpia, de gran expresividad frutal. Es pura fruta, destacando el carácter de una fabulosa garnacha. Se advierten toneladas de frutos rojos del bosque, cereza, grosella, fresa, frambuesa, unos ligeros recuerdos florales y algún balsámico. Pero en ningún momento decae esa limpieza frutal que hace que te recrees la nariz.
En boca es un espejo de la nariz, ya que resulta una delicia de vino. Tremendamente frutal, con una más que destacada acidez para la zona y la añada y con un final limpio y redondo en el que vuelven las notas frutales y florales. Tanino perfectamente ensamblado. Buena persistencia. Un tinto perfecto para el verano y en inmejorable momento de consumo.
Viendo los dos comentarios anteriores y el comedido precio de este vino (unos 12 euros) me decidí a comprarlo y le dimos cancha con unas chuletillas de lechal. Tomado fresco estuvo realmente delicioso. Todo un festín frutal. Una sorpresa del Rousillon. Excelente RCP.

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