Cuando Murrieta era Murrieta

Mantiene un intenso color granatoso de capa media-alta, oscuro, cerrado. Para no creerse que estamos ante un vino del 60. Qué color!! Parco en reflejos, mate, opaco, sin un solo precipitado en la base de la botella. Borde estrecho, anaranjado, contrastado respecto al menisco. Marcada sensación de grosor. Mucha lágrima, permanente.

Recuerda hasta la confusión el reserva de 1954, quizás algo más cerrado inicialmente, aunque mantiene las mismas credenciales murrietanas: expresión, claridad, orden, finura. Va de menos a más, a muchísimo más, partiendo de una impecable sobriedad inicial que le permite ir desplegándose con la mayor sutileza imaginable. Las primeras sensaciones son de fruta roja escarchada, guindas, integradas a una vaporosa envoltura de cedro y maderas finas que irán quedando soterradas al ganar en mayor expresión aromática. Elegante, maduro y lleno, bordeando el confite, repleto de sensaciones de calidad: tabaco Virginia, fúngicos, ahumados, sotobosque, especias molidas, clavo... Nivelón!!

En boca es limpio, fresco, sedoso al tiempo que concentrado y complejo. Brilla a un nivel altísimo con un empaque de acidez que lo integra todo. Compacto, elegante, dotado de taninos esponjosos. Decir que es clásico no le hace justicia. Tiene ese añorado estilo de Murrieta que buscamos en cada botella. Reducir la fama de Murrieta a los míticos Castillo de Ygay es no hacer justicia a estos grandísimo reserva que poco o nada tienen que envidiar a sus hermanos mayores.

Más información del vino: http://vinosclasicos.blogspot.com.es/2015/09/marques-de-murrieta-1960-reserva.html

  1. #1

    EuSaenz

    Veo que retornas con todos los honores, un año muy poco visto en Rioja, no recuerdo haber catado nada del 60. Tampoco debemos olvidar el “modesto” pero siempre convincente Etiqueta Blanca…

    Saludos,
    Eugenio.

  2. #2

    Limonero

    en respuesta a EuSaenz
    Ver mensaje de EuSaenz

    Cosecha conflictiva en Rioja, con mucha uva pero con pocos vinos de primera línea. En años así hay que apostar por lo seguro. Además se venía de una década de muy buenas cosechas, 52-54-55-58-59, y no había necesidad de producir en espera de que llegara algo mejor. Este mismo asunto lastró a los vinos del 62 que huieran merecido mejor suerte. Un saludo!

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