Parece mucho más joven: en magnífico momento de disfrute con casi 14 años

Descorchamos, por precaución, con sacacorchos de láminas.

Corcho largo y grueso, poco bañado en vino rojo picota granatoso (curioso teniendo en cuenta que es un vino de más de 13 años).

Huele muy bien. 

Abierto y decantado dos horas antes de su consumo y servido a unos 15-16ºC.

Visual

Picota granatoso de capa media-alta, ribete cereza-granate-transparente con ligeros destellos atejados leves, limpio (salvo algo de poso al final), brillante y con buena y abundante lágrima de lenta caída. 

Fantástica visual, botella, corcho y aspecto del vino. (9,6)

Nariz

De bastante intensidad a especias dulces, fruta negra madura, algo de fruta roja, regaliz, herbáceos, vainilla, tostados, torrefactos, cacao y chocolate, laurel, potentes balsámico-mentolados, ligero fondo lácteo, pimienta negra, monte bajo, finas maderas, notas de mina de lápiz, tinta china y cierta mineralidad.

Un vino de notable complejidad y con mucha fruta todavía a pesar de su edad. Nariz equilibrada, nada alcohólica aparentemente y muy bien integrada. (9,2)

Boca

Ataque a fruta negra madura de cierta potencia y contundencia, seco, con muy buena acidez, equilibrado, gran volumen, expansivo en boca, de notable densidad pero sin hacerse pesado en el paso por boca, cuerpo medio-alto, gran estructura, buenas dosis de menta y ligera mineralidad que le otorgan, junto con la acidez, frescura. Los taninos son aterciopelados y dulces pero con nervio (se hacen notar aún) siendo, en global, la sensación de tanicidad firme pero, a la vez, pulida, redonda, sedosa y elegante. 

El alcohol, a pesar de su 14% de volumen, está fantásticamente integrado y no se hace notar apenas mientras se beba a no más de 16ºC.

El final es muy largo, con fruta negra madura, pimienta negra, menta, chocolate y herbáceos en un retrogusto sabroso y ligeramente amargoso que invita a otro trago; en vía retronasal reaparecen sensaciones dominando los balsámicos, recuerdos cremosos de chocolate, algún toque lácteo, herbáceo, mineral y de tabaco que lo redondea estupendamente bien. (9,2)

Un vino que ha tenido una excelente evolución en todos estos años. Me sorprende que un VT Castilla de la añada 2005 aún esté en tan buena forma. Es un vino maduro pero aún en momento óptimo de consumo (no noto ni un ápice de declive).

Por la pinta que tiene el corcho y el vino en sí, creo que podría haber aguantado perfectamente 3-4 años más. No es imprescindible beberlo a corto plazo. Sin embargo, aprovechando que está tan bueno, también recomendaría al que tenga una botella bien guardada, que empiece a pensar en abrirla para aprovechar el magnífico momento óptimo que disfruta este vino ahora mismo.

Su PVP ronda los 12-14€. Excelente RCP para lo que ofrece y vista su evolución con casi 14 años.

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