Precioso color dorado intenso limpio y brillante. En nariz y tras una

Precioso color dorado intenso limpio y brillante.

En nariz y tras una larga aireación de siete horas se muestra intenso y muy mineral, aunque todavía no termina de expresar la fruta. Tras un buen trabajo en copa sí muestra toques de fruta madura, pera, manzana, orejones, todo ello bajo un tamiz cítrico y deliciosamente mineral. Se advierten también toques de especias dulces. Muy fino, elegante y complejo, aunque no muy expresivo.

En boca resulta una delicia por su tremendo equilibrio entre acidez y dulzor. La primera es fantástica por su integración y linealidad y el segundo es comedido y justo, resultando el vino un trago placentero y delicado como pocos. El posgusto es cítrico y muy mineral. La persistencia es eterna. Da gusto beberlo e invita a la siguiente copa. Joven todavía y con largo recorrido en botella.

Una vez más me confirmo en que tras los Rieslings alemanes, estos Chenin del Loira son mis blancos favoritos tanto en calidades secas como en dulces. Un vinazo para repetir muchas veces pues encima tiene una impresionante RCP (¡33 euros!). El Loira es la meca mundial en este aspecto. Y Huet es muy grande.

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