Este vino es como un tanque, un puñetazo en las narizes con la suavidad de

Este vino es como un tanque, un puñetazo en las narizes con la suavidad de los pétalos de rosas (terciopelos), la untuosidad de un aceite balsámico (ungüentos y ceras perfumadas) y la fragancia de las acacias (toque floral), la pimienta verde, la nuez moscada, resinas y regaliz, los hermosos sabores del kaki, un leve toque de campanilla canaria. Una soberbia boca que goza la embestida de esta mole en todo el paladar, fresco, insultante. Casi inmoral, potente y desgarrador. La fruta está casi entera, masticas la piel, hundes los molares en esa carne que revienta las sensaciones en mil pedazos salpicando todo el espacio.... Aire! Qué maravilla! Los toques de vainilla suaves, la especia y un fino tostado hay que mencionar en este
juego multisensorial.

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