No falla

En copa se presenta con color picota de capa alta y ribete granate con cierta opacidad.
En nariz nos ofrece moras, frambuesas, tostado ligero, ahumados, ciruelas, cacao, especias, ligero lacteo. En conjunto es una muy buena nariz.
En boca está pulido, es largo, con final especiado, fruta madura, denso, sabroso. Con los minutos reduce su opulencia y se torna más elegante. La madera y el alcohol están integrados. Es un vino con cierta personalidad. Estamos ante un shiraz potente, con presencia pero al mismo tiempo ciertamente equilibrado y elegante.

De nuevo satisfecho, una vez más, ante un vino de Enrique Mendoza.

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