Recuerdo de Aranda

Un vino que traje de una visita a Aranda hace ya algun tiempo, despues de tantos años abri esta ultima botella para ver como le ha sentado este tiempo de reposo.
A la vista presenta un color rojo rubi en clara evolucion.
La nariz pide oxigenacion y tiempo a gritos, cuando lo dejas respirar te obsequia con una fruta todavia fresca y muy bien integrada con los caracteristicos aromas terciarios de los ribera (vainillas, cacao, ebanisteria..), tambien aparece al fondo algun toque balsamico que hace redondear un conjunto limpio y tranquilo.
En boca el paso es sedoso y aterciopelado, con practicamente las mismas sensaiones que en nariz, recordando siempre su crianza sin descuidar la agradable fruta ya que si esta no se mostrara este vino quedaria muy plano.