Color rojizo algo atejado, de capa media baja, limpio y brillante, lágrima fina y glicérica. Comienza a notarsele el paso del tiempo a pesar de que el tiempo de consumo recomendado acaba de empezar.
En nariz hay una correcta intensidad de aromas con un fondo frutal de intensidad medio baja pero se aprecian especias, maderas viejas, cueros, algo mineral. Todo ello con buena complejidad y estructura peor ya en un tono menor.
En boca tiene cuerpo medio, hay fruta, hay taninos dulces, hay especias, sobre todo destaca que mantiene una alta acidez que parece ser lo que mejor ha resistido. Es elegante, estructurado pero algo decadente con esa sendación de vino ya viejuno aunque más tardíamente hay un remontado leve. Persistencia media.
Creo que esta botella no ha sido la mejor en evolucionar porque es un vino destinado a vivir como los grandes y clásicos Riojas: más de 25-30 años.
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