Músculo estético.

Hay que ver lo poco que te llama al verlo (la botella) y luego como habla la criatura.
Cereza opaco, sin casi borde, pero entre morado y granate, muy denso a la vista y con una lágrima que parece caer en dos tiempos... ¡da miedo!.
Potentísima nariz de inicio, y eso que lo decanté dos horas antes, quizá necesitara más pues a lo largo de la cena se fué abriendo. Torrefactos, no hay duda, de la propia fruta diría yo, roja a veces, negra tambíén, puromoro negro de mi infancia (regaliz), presencia de tostados de un roble excelente y generoso, notas de cacao, especiado, pimienta negra que le da intensidad y profundidad.
Denso una vez más, esta vez en boca, menudo cuerpo, ¡cuerpazo!, pero muy proporcionado, se mastica, se muerde... muy maduro, con un alcohol presente pero tremendamente integrado, sensación final entre dulce y amargoso, logicamente sabroso.
Solo un pero, por decir algo, un vino así debería tener un plus de largura, el suficiente como para estar recordándolo una vez transcurridos unos cuantos segundos... ¿pido mucho?.
Menuda sinfonía de variedades las de este animalito... ¿esto que es?, ¿un vino de taller?.
Yo te diré lo que es... músculo, potencia, masculinidad, femineidad también... no se... ¿un vinazo?.
Lo he tomado con un lomo de buey, como le va a esa "sangre", acompañado de revollones y foie. Kikirisquetediga????.

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