Rojo picota de ribetes cardenalicios y capa alta.
Nariz bastante cerrada, le cuesta expresarse bastante. Fruta negra madura en compota, notas minerales, balsámicos, mentolados. Quizá el menos “Almaviva” de todos en nariz, me resulta muy “australiano”. Hay que darle mucha aireación. Quizá el menos expresivo en nariz de la cata vertical.
En boca se muestra pleno y dominante, muy amplio ya que llena el paladar por sus toques ligeramente licorosos y dulzones. Tiene acidez, pero se me queda un poco corta para ser un vino relativamente joven. Es fácil de beber y bastante largo en el final. Taninos bastante pulidos que dejan una mínima astringencia.
Esta añada es quizá la más “fácil” de beber y comprender ahora de las catadas. Se puede tomar perfectamente ahora, pero tengo dudas de su evolución. Vino de carácter moderno, pero poco personal a mi juicio. En cualquier caso un muy buen vino.
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