La añada 2003, consumida en el 2011, es la mejor versión de Fagus que he catado (y he catado muchas, pues se trata de uno de mis vinos fetiche). La buscaré, porque me ha emocionado.
Este viejo pionero de la garnacha de Borja parece que últimamente pasa desapercibido, oscurecido por los nuevos exponentes de la zona, y no se lo merece. Merece más visibilidad.
Tenía esta botellita descansando en mi cavita desde hace 5 años, y al decidirme a descorcharla, con cierto dolor y nostalgia anticipada, me he encontrado con un pedazo de garnacha, de media capa, de color cereza con menisco viola que lagrimea con profusión y limpieza.
Consumido sin decantar. No le hace ninguna falta. Agitas la copa un par de veces y comienza, sin solución de continuidad, un despliegue memorable de aromas: frutas del bosque, anís, vainilla, tostadillos, crema de leche, canela, cacao, violetas.... Perfectamente armonizados y disciplinados.
En boca es pura seda, pura seda... deliciosa. Frutal, vivo, con notas de cacao. Integrado, estructurado, pleno, y con una maravillosa acidez que le augura todavía muchos éxitos.
Un placer, señores de Coto de Hayas.
Utilizamos cookies propias y de terceros con finalidades analíticas y para mostrarte publicidad relacionada con tus preferencias a partir de tus hábitos de navegación y tu perfil. Puedes configurar o rechazar las cookies haciendo click en “Configuración de cookies”. También puedes aceptar todas las cookies pulsando el botón “Aceptar”. Para más información puedes visitar nuestra Ver política de cookies.