Sensacional, le cuesta despegar, pero luego vamos al cielo...

Comentario
Un vino con una corta producción de 8000 botellas, donde no aparece información de su crianza ni sus variedades, eso sí, Jeromín dedica unas palabras a traducirnos su vino, un vino hecho para disfrutar a imagen y semejanza de su autor. Mañana fría de Domingo y el bueno de A.Pacheco dice ¿apetece? pues adelante y si bien en sus inicios se presenta cerrado, no en vano hablamos de un 2001, con los minutos y la aireación, empieza a desplegar una enorme sinfonía frutal que se agarra al paladar para dejarnos sostenidos recuerdos.
Cata
Visual de muy buen cuerpo y glicérico en copa, presenta una nariz dominada por la Cabernet y la Tempranillo, sobresalen los aromas de confitura de frutas negras -moras, ciruelas-, fresco y balsámico, bien conjuntado con las notas de la crianza -tostados medios y cafetales- y un perfume floral que invita a beber. En boca se presenta muy rico, buena estructura tánica, denso en su paso de boca mostrando presencia frutal, final ligeramente amargo que unido a su espléndida acidez, deducimos que continuá su evolución, un final largo y postgusto rico, rico.

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