Amarillo pajizo limpio, de ribetes y brillos dorados. Fino y profundo en

Amarillo pajizo limpio, de ribetes y brillos dorados.
Fino y profundo en nariz con notas florales iniciales, toques de fruta de hueso (manzana verde, pera) y presencia de plátano. Fondo de cítricos. De intensidad media y mucha frescura y franqueza.
En boca es sabroso y fresco, de recorrido largo y un final donde vuelven esos recuerdos frutales. Lo más destacable de este vino en boca es la acidez, presente y cortante, que le da un carácter muy fresco y nervioso, pero que destaca excesivamente. Hay que cuidar la temperatura, es un vino que debe tomarse frío (a unos 10-12 grados).
Un txacolí diferente, donde se nota la mano de una gran enóloga como es Ana Martín, ideal para acompañar mariscos y moluscos. Reconozco que no es un vino fácil en boca por su acidez, pero me ha gustado bastante. Muy interesante y con buena RCP, sobre los 8 euros.

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