No sé si debía a mi botella o a un cambio de estrategia a la hora de ser

No sé si debía a mi botella o a un cambio de estrategia a la hora de ser elaborado en bodega en añada tan peliaguda. Lo cierto es que este Roda difiere lo suyo de sus hermanos de anteriores añadas. Mantiene el aire de familia, desde luego, pero creo que aquí la tempranillo riojana se expresa con menos exuberancia y aparece más domada por la crianza. El resultado es un Roda menos "alta expresión" y más "nuevo clásico" al estilo de los últimos Barón de Chirel. Nariz donde se entremezclan con elegancia y complejidad la fruta negra bien madura, moras, arándanos, con las especias, el café aromático, el cacao y el mineral. Le acompañan ciertos dejes de cedro. En boca se muestra redondo, no tan carnoso como en años anteriores pero sí, en esta edad, mucho más elegante. Buena acidez y frescura. Excelente final donde las notas de su mimada crianza vuelven a dejar su placentera huella. Si no ha sido esta botella en concreto entonces es que esta añada está evolucionando a todo meter. ¿Un defecto? Para nada. En todo caso un placer para los más impacientes entre los que, lo confieso, casi siempre acabo incluyéndome.