Grande!

Nariz tremendamente misteriosa y seductora; especias, mantequilla, tostados, flores secas, mueble viejo, cítricos, miel, brioche, amontillados...
El color dorado viejo con matices cobrizos y la pausa en el ritmo de sus burbujas encandilan desde el primer momento.
Boca compleja, gran longitud, expresión progresiva en capas durante el post-gusto; te va ofreciendo distintos niveles de matices que poco tienen que ver unos con otros...un auténtico espectáculo.
Vino esférico y dentro de su perfección, cambiante y divertido. Sereno, generoso y único en todas las fases de su apreciación.
Emparentado -en la calidad y el placer que proporciona- con algunos viejos Krug.

Un gran vino blanco con unas pocas burbujas que nos regala la complejidad de una larga crianza (soleras) y la facilidad para entenderlo y querer que no se acabe la botella...
Extraordinario vino; caro, pero de los que hay que probar al menos una vez, si se tiene la oportunidad...
Si no el mejor vino que he probado, está entre los pocos elegidos; sube al podium por derecho propio y con honores.
Yo tampoco puntúo; éste juega en otra liga...

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