Dos meses abierto: estratosféricamente crecido

Aún mejor que hace casi 1 mes, descomunal nariz: barnices por doquier, piel de naranja confitada, toques rancios e incluso con notas abundantes de aguarrás que me recuerdan a vinos rancios de otras latitudes como la garnacha navarro-aragonesa El Niño Perdido La Madre nº 1 Ladislao de La Calandria.

La boca es de un volumen y sapidez bestial, con un buen toque de salinidad pero donde el carácter es ya casi más de oloroso que de amontillado (muy voluminoso y denso).

Es tremendo en todo su recorrido, con descriptores similares a catas anteriores de hace un mes o dos meses, pero crecido (y eso que sólo quedaban menos de 100 ml en la botella). De una longitud y envolvente en boca prácticamente eterna.

Gran amontillado viejísimo que hay que probar alguna vez en la vida.

En este caso, el "experimento" era ver qué tal el vino a principios de cuarentena, qué tal a mediados de la misma (al mes) y qué tal ya más avanzada la cuarentena (a los dos meses)... Crecido y yendo a más... Lástima que no quede más en la botella...

RCP excelente a pesar de su elevado precio (unos 60€ la botella de 375 ml).

Maridó maravillosamente con chocolate negro con 85% de cacao.

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