Magnifica evolución

Han pasado los dos años desde que guardé con todo mimo esta botella, Hoy quizás, un día extraordinariamente caluroso, no era el más apropiado, pero la ocasión lo merecía. Por fin me he decidido a abrir este vino que tan buenas perspectivas me ofreció en abril de 2006 cuando lo caté por primera vez.
He procurado que en todo momento la temperatura del vino no superara los 19 grados. De esta manera la frescura que de por sí aporta su estupenda acidez se vería favorecida.
El resultado no sólo no me ha decepcionado sino que ha cumplido con creces las expectativas.
El vino se ha redondeado, se ha hecho más grande, más equilibrado y sabroso.
Los taninos se han pulido aunque siguen siendo un de sus principales pilares. Su matización ha permitido dar más armonía a una boca que resulta realmente redonda. Aún así, estoy convencido de que aún este vino tiene mucha vida por delante.
Es sin duda uno de mis vinos, os lo recomiendo.

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