Un descubrimiento, hecho cerca de alguno de mis paisajes sentimentales.

Un descubrimiento, hecho cerca de alguno de mis paisajes sentimentales. Picota cubierto. Nariz al principio marcada por la madera. Pide mucho oxígeno. Es algo astringente aún al principio, la botella seguro le hará bien. Fruta roja, minerales, regaliz, quizás poco expresivo -también la botella llevaba el viaje a cuestas-. La boca es mucho más rica, buen espinazo de acidez, fresco pese a los 14,5º, amplio, nada cargante, con un posgusto muy notable y complejo que va y viene, amargor goloso, muy persistente. Mejor al día siguiente con vacuvin, mucho más suavizado. Algo caro, sobre 16 euros.

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