Un vino de 33 años, como Jesucristo

En la gran comida del 26 de diciembre, terminamos la cata de los grandes reservas con este vino, que la verdad, no esperábamos mucho de él, pero no estuvo mal.
Color amarronado, no se puede decir que era ningún tono de rojo, con ribete anaranjado y casi traslúcido, capa baja, ha perdido todo el tanino. Brillante, algo de impureza pero poco pues decantamos con cuidado.
Nariz potente, ácida en primera impresión, nada de fruta pero nos aparece finas notas de reducción, notas a madera, cuero. Difícil de describir pues un vino de tanta edad era la primera vez que lo probaba, pero en el fondo correcto.
Boca ligera, suave, ácido, parece desequilibrado pero esa acidez es lo que le ha mantenido vivo, correcto paso pero no mucho recuerdo.
Al final yo disfruté de él, estaba en claro declive pero no muerto, otro concepto de vino.

Cookies en verema.com

Utilizamos cookies propias y de terceros con finalidades analíticas y para mostrarte publicidad relacionada con tus preferencias a partir de tus hábitos de navegación y tu perfil. Puedes configurar o rechazar las cookies haciendo click en “Configuración de cookies”. También puedes aceptar todas las cookies pulsando el botón “Aceptar”. Para más información puedes visitar nuestra Ver política de cookies.

Aceptar