Precioso color rubí marronoso de capa media, limpio, sin apenas precipitados. Reflejos vivos, rojizos y cobrizos, brillantes. Fuerte sensación de grosor, lágrimas gruesas, permanentes. Borde amplio, anaranjado, con marcada diferencia respecto al menisco.
Con vinos como este no hay lugar a duda. Estamos ante un Paternina de manual, de esos que deberían de servir como ejemplo para mostrar las virtudes de la bodega: maduro, complejo, suave, con un matiz ahumado que sobrevuela todo el rato el conjunto. Está repleto de pequeños detalles, de unas maderas finas y cremosas que brillan de tan elegantes que son. Va sacando un fondo de cuero de grandísima calidad que se entremezcla con apuntes minerales de polvorilla y pedernal. Desde un primer momento parece ya totalmente abierto, pleno, sin necesidad de espera para que vaya ganando en intensidad. Un vino para tomar nota. Resultón, de gran entereza.
En boca lleva el sello de la cosecha por encima del estilo propio de la casa: vigor, amplitud, viva acidez y una estructura poco habitual para un vino tan fino como solía ser este Paternina Gran Reserva. Amplio, sabroso, generoso en fruta reducida, taninos fundidos, suaves, y un final especiado, finísimo, permanente, envolviendo el paladar con gran finura. Se viene arriba por momentos, resplandece y persiste hasta aburrir. Extraordinario!!!
Más información del vino: http://vinosclasicos.blogspot.com.es/2014/12/paternina-1964-gran-reserva.html