Más de tres años después.

Habia tenido la mala suerte de que me saliese ésta penúltima botella de mis existencias con TCA, pero como siempre D. Jesús Madrazo, al igual que actuan todas las bodegas "punteras", me envio otra botella en sustitución. Le concedí un descanso de 10-15 días y procedí al disfrute protocolario.

Aunque han trancurrido casi cuatro años de la última cata, las sensaciones siguen siendo muy semejantes, tal y como había pronosticado en mi valoración del 13/09/2011. Vuelvo a mirar esa "evaluación" y solo tengo que añadir que la nariz sigue igual de expresiva y tiene buenos toques de elegancia y la boca se encuentra totalmente redondeado y con perfecto equilibrio, también hay toques de estilo y bastante complejidad.

Un vinazo (con mayúsculas), que parecía decaer, pero que sigue en plena forma.

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