Gracias a vinos como éste Dujac ha labrado su enorme prestigio. Nariz de

Gracias a vinos como éste Dujac ha labrado su enorme prestigio. Nariz de ensoñación, lleno de fresas, pastel horneado, humus-musgo, tabaco, flores, todo intenso y casi fundido con especias exóticas. En el paladar explota, con una amplitud enorme en su fruta súper madura y cristalina, de voluptuosidad mantenida a raya por un gesto amargo y acidez en contrapunto con un tanino finísimo. La salida es lenta como aceite, llena de caramelo, azúcar derretido y caja de especias. Eventualmente la barrica adquiere más fuerza, pero igual la fruta se concentra como un láser. Los puristas se harán a un lado diciendo que el vino es demasiado sensual para tener también probidad. Responderé diciendo que tiene un derroche de poderío y majestad que lo pone más allá del alcance de los pedantes. Un vino triunfal, de un virtuosismo digno de la Octava Sinfonía de Mahler. 110 CHF, 73 euros.

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