Esta chenin blanc mallorquín me entusiasmó en su día, cuando era muy joven...
Lo guardé en la cava, lo guardé... y "me pasé de guardada".
La de veces que lo he tenido en la mano y lo he devuelto a la cava. Nunca encontraba el momento. Era como una joyita que daba pena empeñar.
Lo saqué "para quedar bien" con gente muy querida y apreciaron el detalle, pero no disfrutamos con él.
Se deja beber, se le aprecian hechuras, pero la expresión se reduce a la mínima expresión, valga la redundancia.
Una pena.
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