Me faltan palabras.

Nos lo ofrecen en bodegas Valdespino (Grupo Estévez) para catar durante la visita.
Yo (pobre iluso) no lo conocía.
Me lo sirven en la copa, color muy oscuro, y desde que me lo llevo por primera vez a la nariz me quedo embobado. Intensidad altísima con una complejidad tremenda de aromas. Se identifican frutos secos, caramelos, aromas tostados, pero lo más llamativo para mí es un fondo tremendo a barnices, mueble antiguo, que hacen que este vino se transforme en algo magnífico.
La boca igual nivel, y el postgusto larguísimo con aromas impresionantes.
Difícil de definir, al menos para mí, un vino así.
Pero no se me olvida...

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