La legancia de un buen amontillado y algo mas de contundencia...

Procedente de soleras de Domecq del siglo XVIII y vinos de Croft de 1970 y 1982, tiene un bonito color ámbar oscuro y brillante. La nariz es intensa y bien definida, con notas de azúcar quemado, un toquecito punzante, algo de cereal tostado y un ligero fondo de barniz. En boca tiene buen ataque, un paso muy elegante, algo más corpulento que los amontillados de la cata, aunque curiosamente también resulta ligero, largo y algo amargoso en el final. Cierta calidez.

Cookies en verema.com

Utilizamos cookies propias y de terceros con finalidades analíticas y para mostrarte publicidad relacionada con tus preferencias a partir de tus hábitos de navegación y tu perfil. Puedes configurar o rechazar las cookies haciendo click en “Configuración de cookies”. También puedes aceptar todas las cookies pulsando el botón “Aceptar”. Para más información puedes visitar nuestra Ver política de cookies.

Aceptar