Este es el más sugestivo y placentero que he probado en muchos meses.

Este es el más sugestivo y placentero que he probado en muchos meses. Contra todo pronóstico me ha gustado más que el Salon 1995 y que el Bollinger RD 1995. Es un vino que conjuga acidez, frescura y cuerpo como pocos. Huele a almendras y a pan recien hecho. En boca es explosivo, chispeante pero con fuerza y cuerpo. De enorme largura. Durante la comida, todos los comensales (4) no le quitan ojo de encima; se bebe muy rápido; demasiado. Todos se apresuran a beber rápido, no fuera que se quedaran sin unas gotas más de tan valioso elixir...

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