Botella vieja deliciosa

Me comentó mi amigo Enrique (el forero Imperial) que la botella que me bebí el otro día correspondería, por el tipo de etiqueta, a un periodo que podría ir del 2004 al 2011. Tener la suerte de probar estos Krug maduros es un privilegio, ya que son champanes de talla mundial. Éste, en concreto, es dorado, con una burbuja finísima pero todavía presente y muy luminoso. En nariz y boca el crisol de matices es muy amplio, destacando la fruta madura y jugosa, los lácteos, la panadería, el agua de azahar, las almendras, la madera vieja, una cierta humedad y una palpable pegada pétrea. El paso llena la boca, es sedoso, amplio y larguísimo. La acidez es increíble y el equilibro es perfecto. La autólisis ha llegado pero no le resta ninguna frescura. El postgusto no acaba nunca. Enorme, sólo sé que quiero más.

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