Refinado y fresco.

Vuelvo a dar cancha a este tinto y vuelve a encandilarme. De todas las añadas que he bebido, (de 2000 en adelante), ésta sigue siendo la que más me ha gustado. No sé si debe a que ha sido capaz de expresarse antes que otras, o que ese año más bien vilipendiado por otros lares en la zona dio vinos con otro empaque. Lo cierto es que aquí hay elegancia, mineralidad bien contenida, complejidad, frescura. Tiene una boca perfumada, acidez que le da brillo, longuitud. Es un vino de trago corto (para detenerse en él, disfrutarlo a solas, saborearlo) con vocación de vino de trago largo (para beberlo sin demasiados remilgos y que acompañe placenteramente en la mesa). Esta vez no hablaré ni de terruño ni de terroir ni de más lindezas. Ya he hecho bastante el ridículo sobando esas palabras que no creo que nadie sepa bien del todo qué carajo quieren decir. Me basta con añadir que este Atauta me proporciona placer, me emociona a ratos, y tiene algo parecido a una personalidad que lo hace diferente a otros, a muchos, y no sólo de su denominación de origen. Subo nota.

Cookies en verema.com

Utilizamos cookies propias y de terceros con finalidades analíticas y para mostrarte publicidad relacionada con tus preferencias a partir de tus hábitos de navegación y tu perfil. Puedes configurar o rechazar las cookies haciendo click en “Configuración de cookies”. También puedes aceptar todas las cookies pulsando el botón “Aceptar”. Para más información puedes visitar nuestra Ver política de cookies.

Aceptar