Comprar una botella de "esto" es disfrutar a cada trago. Es suave y continuo, muy equilibrado, tan solo una finísima punción propia de los brandys elegantes. Y es que tiene vocación de destilado.
Su color es caoba con reflejos yodados. Tiene notas de pan de higo, avellanas, nueces... de madera vieja y seca, tierra, especias, algo de coco, laca... Suave y placentero en boca, añejo, muchos frutos secos, y apuntes de pastelería que junto al alcohol logran ese espontáneo chasquido entre lengua y paladar gracias a una película de dulzor que quisieras retener para siempre. Casi se consigue, muy largo.
Teniendo en cuenta el partido que le sacas, estamos ante una estupenda relación calidad precio.
El mejor maridaje que le he encontrado ha sido un conejo encebollado al Pedro Ximenez, aunque solo lo disfrutas que no veas.
Aupa, Arrutzi. Pues si la estiro bien me queda para dos copitas. Osea que si quieres... Compartir este vino contigo tiene que ser la hostia.
Me sonrojas, tenemos que quedar, con el veranito, una paella, se lo decimos a Kopeki y nos vemos por Almedijar, nos llamamos, saludos.
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