<strong><font color=#0039b8>Un vino desconcertante en aromas y en boca, un

Un vino desconcertante en aromas y en boca, un vino parkeriano (91 puntos R.Parker) que dista en mucho de vinos 91 puntos españoles, nada que ver con su padre el Chateau, segunda botella tomada.
Presenta una triste visual picota granate, ribete teja, mate, cuerpo medio.
En nariz predominan las notas pasificadas con final de puntas verdosas, aparece recuerdos de ácido sulfúrico, notas claras animales un tanto desagradables que desaparecen con la oxigenación, las notas de sobremaduración me recuerdan a un petit verdot C.Ermita 2002.
En boca aparece el desconcierto con una entrada espectacularmente buena, fresco, rico, cierta golosidad finura, elegacia para ir recorriendo la boca y poco a poco impregnarla de sobremaduración, con notas muy pasificadas en un final -eso sí- límpio y elegante, con taninos aún por civilizar, de buena acidez.
Recomiendo no consumir aún, con la esperanza que esos taninos borren el rastro predominante y logre sacar lo que se espera. Imprescindible aireación al menos 1 hora

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