El problema radicaba en maridar unas ancas de rana rebozadas, creo que no

El problema radicaba en maridar unas ancas de rana rebozadas, creo que no había blancos apetitosos en la carta, y el bueno del propietario del restaurante, me libró esta botella...
"la perfección no existe...¿Y para qué la queremos?"
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Color parduzco, pero con buena tonalidad, franqueza y sin un ribete exagerado, algo de posos.
Aleluya!!!-no había olor a huevos podridos, ni a cuero viejo ni enmohecido, ni a tapón ni anada...
Una de las botellas añejas más francas que he olido nunca, una bonita nariz con ligeras notas a carne ahumada, muy tenues, a cueros limpios y poco más.
En boca es disciplinado, coherente, pequeño y grande a la vez.
Muy bonito un vino viejo, tan limpio y rebosante de salud.
Un vino así se acaba pronto.

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