Rubí oscuro y brillante, ribete levemente teja, buena capa—y tanto

Rubí oscuro y brillante, ribete levemente teja, buena capa—y tanto teniendo en cuenta que ha cumplido un cuarto de siglo—.
Cierto aroma lácteo, fresas calientes y confitadas, mueble viejo, cera de abeja... buqué complejo y abierto, embriagador. En la boca es muy redondo y vivo, muy estructurado y voluminoso, repitiendo las notas de nariz a las que añadir regaliz de palo y un retronasal chocolateado y balsámico.
Un vino muy serio y delicioso, para no pensar en otra cosa mientras lo bebes.
Salió al final de una cena detrás de un Saint-Émilion Grand Cru, cuando casi ya habíamos acabado las codornices del segundo plato, sin embargo entre 3 personas la botella se terminó antes de llegar a los postres.

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