Color rojo granate, impresionante, posee personalidad, densidad y casta, fogosidad y plenitud, que recuerdan a un Pomerol, por la ausencia de cab. Franc, también elegante. Destacable el paladar aterciopelado, redondo y lleno, especiado y con concentración. Desde 2010 a 2020
Cereza con borde del mismo color. Capa media, limpio y brillante. Fantástico corcho, largo, esponjoso y en perfecto estado.
La nariz me ha parecido preciosa: magnética, envolvente, cambiante, profunda... Un prodigio. Hay fruta roja y negra, algún balsámico, canela, cedro, regaliz, sangre, unos incipientes terciarios, humedad y piedras.
Aunque la boca no llega a ese nivel enorme, muestra finura, clase y tipicidad. Es fluida, vertical y ha integrado la madera. Del alcohol ni hablamos, 12.5º, para que luego digan que todos los tintos de esta región son poderosos y sobreextraídos. La acidez también es fantástica. Equilibrio y enorme abanico de sabores.
Postgusto largo.
Cuando Burdeos sale bueno, me parece lo más grande. Un Pessac-Léognac que juega fuera de los círculos populares pero que sale siempre fantástico.
Picota brillante. Capa media-alta.
Nariz intensa y franca, con buena complejidad, marcada por las sensaciones de frutos rojos negros maduros -moras, cereza picota-, fondo especiado -pimienta negra, clavo. Notas terrosas y ligero fondo mineral.
Entrada potente, generosa, grasa, profunda, con taninos presentes pero que se funden muy bien. Acidez marcada pero agradablemente refrescante. Paso marcado por la fruta roja, especias y minerales. Largo y persistente. Supremamente elegante y equilibrado, un vino de larga vida.
Utilizamos cookies propias y de terceros con finalidades analíticas y para mostrarte publicidad relacionada con tus preferencias a partir de tus hábitos de navegación y tu perfil. Puedes configurar o rechazar las cookies haciendo click en “Configuración de cookies”. También puedes aceptar todas las cookies pulsando el botón “Aceptar”. Para más información puedes visitar nuestra Ver política de cookies.