Abierta con dos horas de antelación y trasvasada a otra botella dos veces para su aireación, tras ello, la dejo reposar hasta su degustación.
Gran vino sin duda alguna, poco que agregar con respecto a la botella anterior, provenía del mismo lugar, pero en este caso esta botella estaba algo más evolucionada, no estaba tan fresco como el anterior, los taninos estaban pulidos y mostraba algunas ligeras notas de barnices y ebanistería.
Cada botella es un mundo, la anterior parecía un vino de reciente embotellado y esta, por buscarle algún pero, mostraba más el paso de los años, eso sí, sigue siendo un vino maravilloso.
Me siguen quedando dos botellitas que guardaré esperando que se parecan a la primera y no a la segunda.
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