Procede de un viñedos en Laguardia de aproximadamente 1,3 hectáreas plantadas en 1935, por lo tanto pocas botellas, aproximadamente 800.
Necesita aireación si o si, al segundo día de cata bastante mejor, sobretodo en boca. Nariz de sensaciones de fruta roja y negra fresca, recuerdos balsámicos y de sotobosque, ligeros tostados y algo férrico mineral.
En boca se expresa mejor al airearse, buena acidez, taninos marcados aunque sabrosos, elegante y sedoso. Los elaboradores se dicen a ellos mismos " atípicos ", no me lo pareció. Final largo con ese toque mineral marcado.
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