Pura pimienta negra.

Otro vino sobre el que merece la pena comentar algo sobre su color. Porque es de estas Garnachas centrales que parecen rosados o incluso naranjas, más que tintos.

Recién abierto me confunde la nariz con algo de goma y falta de definición, aunque tras airearse se resuelve el defecto y aparecen las especias, la mineralidad y la fruta roja (arándanos).

En boca entra ligero, fresco y tremendamente especiado con potente retrogusto de pimienta negra y minerales. Para mi gusto, algo excesivo porque aunque sabroso la pimienta tapa un poco la fruta y dificulta la percepción de otros matices. Persistencia larga, eso sí, y con buena acidez todavía.

Con tiempo en copa (dos horas después del descorche) se matiza un poco la especia y está más redondo e integrado. Y una hora después más aún. Quizá habría que haberlo decantado.

Un buen vino; sabroso, como digo, pero como me pasa con algunos vinos canarios no asimilo bien tanta especia en un tinto (lo llevo mejor con blancos!). Por varios comentarios que he leído pienso que esta cosecha es acusadamente especiada y poco frutal, así que habrá que probar otra añada. Eso sí, la RCP a los precios que se ha puesto...