El legendario Rin, aguas misteriosas rodeadas de leyendas, orillas ornamentadas por emblemáticas fortalezas, ojos embobados con el continuo ir y venir de la corriente del río eterno; hay un castillo custodiado por un terrorífico dragón que escupe fuego azucarado.

Rheingau, a la sombra de la todo poderosa Mosela, adoran la riesling y miman la pinot noir, August Kesseler juega a dos bandas, el yin, la delicada uva negra, la tierra, pasiva oscuridad, absorción energética, la elegante pinot noir ; el yang, singular uva blanca, activa luminosidad, el cielo penetrante, la camaleónica riesling; ambas, separadas por una sinuosa línea, el equilibrio dinámico entre dos polos, en continua transformación.

Vista: color rojo cereza con el ribete color púrpura, de capa media-baja, limpio y brillante.

Olfato: aromas de frutas rojas frescas con un trasfondo de tierra húmeda, con un toque ahumado que acompaña a unas sutiles notas de especias dulces como la vainilla y el clavo de aroma.

Gusto: entrada fresca y suave, sabroso y rico en boca, con un punto dulce que contrasta con una crujiente acidez, de textura suave y cremosa, nos deja una sensación ligeramente amarga en el fondo del paladar.