Hacía siglos que no probaba ningún vino de esta bodega. Tengo algo, muy poco, guardado de Pie Franco, dichoso el que haya podido almacenar algo más. Sin embargo de Las Gravas no guardo nada con años, y como tenía alguna botella a tiro, hoy me he animado a abrir una aunque sea joven. Lleva más de doce horas descorchada y continúa creciendo: si esta mañana lo que observábamos era fruta roja especiada y acéticos, a estas horas detectamos una barbaridad de toques especiados (especias propiamente dichas, balsámicos, mentolados, anisados, punzantes) y el famoso apunte mineral que dicen es tan propio de esta cuvée. El paso pese a ser poderoso también es elegante y la boca aunque es primaria, no tiene excesos. Acidez, un tanino proveniente de la fruta, muy poca madera y un alcohol buen llevado. Final sabroso y jugoso. Puro equilibrio.