Mallorca, hoy en día mirando hacia el norte, huye del mosaico mediterráneo, tomamos como ejemplo la Europa septentrional, supongo que el cambio climático nos hace soñar con hielo y nieve y nos hace olvidar los lazos de proximidad.
Aún así, la historia nos recuerda que las relaciones se deben en muchas ocasiones a cuestiones geográficas, nuestro legado está relacionado con el levante peninsular y con el norte de África. La oveja blanca proveniente de Europa y la roja proveniente de África son razas autóctonas pero todos sabemos cual está mejor adaptada y cual nos gusta más según las modas actuales. 
Hoy os presentamos un vino de la variedad gorgollassa, esta variedad es "hija" de la monastrell y la hebén. La hebén, conocida también como gibi, ha jugado un papel fundamental en el actual mapa varietal de la península ibérica, es originaria posiblemente del norte de África y es una variedad femenina cuya reproducción por semillas entre los siglos IX y XII ha dado lugar a un gran número de descendientes. Muchas de las variedades que se cultivan actualmente en la Península Ibérica proceden del cruzamiento natural de la hebén con otras uvas.
Color cereza madura con reflejos color púrpura, limpio y brillante.
En nariz es muy elegante, destacan las notas de frutillas rojas silvestres, tiene un trasfondo ahumado muy sutil, después aparecen unos deliciosos aromas balsámicos que dominan el vino en forma de notas claras de laca de uñas. 
En boca tiene una entrada fresca y elegante, aparentemente frágil pero renace en boca ganando exponencialmente en intensidad, taninos pulidos de carácter vegetal con cierta sensación amarga pero para nada sinónimo de verdor. Un vino persistente y elegante que se ubica principalmente en el fondo del paladar, muestra una buena acidez en los laterales de la boca y destaca por su sensación salina y un poco picante que detectamos gracias a su consquilleo en la punta de la lengua.