Un Borgoña de los clásicos de verdad. De capa baja, elaborado con raspón, con muy poca presencia alcohólica o maderosa, con una fruta tirante y más mineral que primario. Lleva dos días descorchado y sólo se ha abierto un poco. Es muy austero, lo lleva todo dentro y habrá que esperar. Algún toque a fruta roja, muchos punzantes y piedras serían los tres pilares básicos en los que se apoya este “Narbantons”, que para mí es el mejor pago de la zona, aunque quizá también el más cabroncete. Me gusta mucho este productor, del que he probado, inteligentemente, primero el genérico, después el villages y ahora este 1º Cru. Síganle la pista.

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