Color picota oscuro y ribete morado, de capa alta y profunda, lágrimas densas y eternas. 

Aroma cremoso, profundo y concentrado, sin intimidación, sientes el toffee y el café recién tostado, todo envuelto con una presencia frutal negra y madura, arándano, mora y endrina con algo de cereza y fresa. Natas, pimentón, fondo rojo de grosellas y arándanos secos, violetas y grafito. Es curioso su proceder, por la frescura y la concentración, van a la par, puro equilibrio, como la elegante crianza, llena y sensual, fina y respetuosa, con notas de pimientas roja y negra, clavo y nuez moscada.

En la boca tiene carácter y peso, se pega al paladar, rica y sabrosa acidez, ayuda a paladearlo, descubres además de lo sentido antes, el regaliz y el grafito con la fruta como protagonista, tierna y en sazón, al igual que la soberbia crianza, retumba lo sentido en la nariz sin parar. Tan puro que pasa desapercibida cualquier referencia de la variedad, en el buen sentido de la palabra.

Escucho al bueno de Luis Pastor con su canción Te doy Las Villuercas.