Dos botellas, 2018 y 2019, bebidas juntas

El otro día nos bebimos juntas la 2018 y la 2019 y y observamos un lógico nexo común, pero también alguna diferencia. Vamos con 2019: 
Ante todo, reseño que me gustó más esta añada, ya que me pareció más fina y vertical. Imagino que sería fría, aunque no lo he comprobado. En nariz mantiene esos toques a fruta negra, pero esta vez menos maduros, las consabidas especias, algo de sotobosque y una mineralidad en forma de hierro que se nota más que en la otra botella. La boca es más estilizada, posee mayor acidez, el alcohol no es tan protagonista y el tanino es menos salvaje. Incluso el postgusto llega más lejos. Reitero, no obstante, lo comentado en mi anterior reseña: son tintos de larga guarda que pueden ir cambiando con el paso del tiempo.

Cookies en verema.com

Utilizamos cookies propias y de terceros con finalidades analíticas y para mostrarte publicidad relacionada con tus preferencias a partir de tus hábitos de navegación y tu perfil. Puedes configurar o rechazar las cookies haciendo click en “Configuración de cookies”. También puedes aceptar todas las cookies pulsando el botón “Aceptar”. Para más información puedes visitar nuestra Ver política de cookies.

Aceptar